¿Mi trabajo me pertenece o yo le pertenezco a mi trabajo? // My job owns me, or I own my job?

Saturday, June 15, 2013






Honestamente siempre temí este día. El día en el que tendría que tener un trabajo. De adulto. En el mundo real. Peor aun, que tuviera que usar un uniforme.
Todo comenzó el fin de semana pasado cuando se me informó que había sido contratada para un puesto que de hecho tenía que ver con la carrera que estoy estudiando, eso en sí ya era ganancia. Se me informó del sueldo y me transporte a la novena nube de mi cielo. Así que preparé mi maleta, ya que el trabajo es en la capital del país (obviamente en mi novena nube me veía viajando por el tren ligero, sintiéndome como deben sentirse las chicas que van a NYC y esperan que su vida sea una copia de Sex and The City), llené mi maleta de camisas que esperaba hicieran sentir orgullosa a la primera mujer que trabajo en una oficina (Perdóname, Diosa de las oficinas por no saber tu nombre).
Llegó el martes, mi primer día de trabajo, me mostraron las instalaciones, me presentaron a gran parte del personal, me mostraron mi área de trabajo. Todo era miel sobre hojuelas hasta que me llevaron al área de recursos humanos y me preguntaron mi talla. Tenía que llevar un uniforme. Una camisa blanca que obviamente no está hecha para favorecer a nadie y un pantalón de color dudoso (una mezcla entre crema, café y amarillo). Así de rápido pasé del cielo al infierno. Por fortuna no tenían en existencia mi talla en pantalones (Gracias, Diosa de las oficinas), así que sólo me entregaron cuatro camisas blancas con el logo de la empresa.
Mi primer día de trabajo me desperté extra temprano. Yo, yo que siempre me había prometido no despertar más temprano por mera vanidad. Ahí estaba, frente a esa camisa blanca que se burlaba de mí mientras me tomaba un café y mis bellas camisas especiales para el trabajo lloraban por no poder ser elegidas para acompañarme en este día tan importante. Por fortuna podía usar mis jeans de mezclilla oscura favoritos, pero tenía que hacer más, tenía que recuperar la identidad que esa fea camisa blanca me había robado. Tenía que encontrar el balance perfecto de accesorios, cabello y maquillaje porque ni estaba yendo al gimnasio, ni tampoco iba a una fiesta. No quería enorgullecer a Kim Kardashian.
Así que consulte algunas de las viejas entradas del blog, recordé que había hecho una sobre maquillaje para diario (la cual puedes ver aquí), me inspiré en la primera imagen de Anne Hathaway, le agregué un poco más de rímel y me pareció suficientemente apropiado. Para mi cabello me inspiré en la segunda imagen de Keira, mi cabello es aproximadamente 15cm más largo que el de ella en la fotografía y tengo la parte inferior pintada en un estilo ombré que va de un rosa magenta a un rosa pastel (Lo sé, trabajo de oficina con cabello de colores: no es la mejor idea. Pero aun soy joven, y se me está acabando el tiempo de poder experimentar con cosas radicales como esa). Me puse dos anillos, soy incapaz de salir sin anillos y me puse un collar hecho con cadenas que compré en Forever21 el invierno pasado. Me puse una hoodie gris con gris ocuro de zara y un saco negro de zara (quienes viven en la Cd. de México me entenderán) Me puse unos flats negros con piedras pequeñas de colores. Estaba aferrada en no intentar lucir más grande de lo que soy, y en no dejar que esa fea camisa blanca me hiciera desaparecer a .
Con mi cabello y maquillaje luciendo similar al de Lana del Rey en la 65 apartura del Festival de Cannes en la premiere de Moonrise Kingdom el año pasado (más un poco de lipstick rosa: Maybelline 803 Impress Me) salí de mi casa lista para mi primer día de trabajo. Creo que lo que intento decir, es que sin importar cuál sea tu trabajo, no debes dejar que éste se vuelva dueño de ti. Debes encontrar la forma de sentirte cómoda con la forma en la que luces, debes adueñarte de tu trabajo. Próximamente, prometo traer más opciones sobre cómo lograr esto. Por ahora, desde el mundo de los trabajos reales para chicas del mundo adulto, me despido.
Lana Del Rey Hair

Honestly I always feared this day. The day that I would have to have a job. An adult job. In the real world. Even worse, that I would have to wear a uniform.
It all started last weekend when I was informed that I had been hired for a position that actually had something to do with the career I'm studying, that itself was great. I was informed of the salary and it transport me to cloud nine in my sky. So, I prepared my suitcase, because the work is in the capital of the country (obviously on cloud nine I saw myself traveling on light rail, feeling like the girls who move to NYC and hope their lives become a copy of Sex and The City), I filled my suitcase of blouses and shirts that would make the first woman who ever work in an office (sorry, Goddess of the offices for not knowing your name).
I arrived on Tuesday, my first day of work, they showed me the facilities, I was introduced to many of the staff, they showed me my work area. Everything was marvelous until I went to the area of ​​human resources and the girl there asked me my size. I had to wear a uniform. A white shirt that is obviously not meant to make anyone look remotely good and dubious colored pants (a mixture of cream, brown and yellow). I quickly went from heaven to hell. Fortunately, the pants were not in my size (Thanks, Goddess of the offices), so I was just given four white shirts with the logo of the company.
My first day I woke up extra early. Me, me who promised herself I'd never wake up early for mere vanity. There I was, in front of the white shirt that was mocking me while I took a coffee and my beautiful special shirts for work cried because they couldn't be elected to join me on this important day. Fortunately I could use my favorite dark denim jeans, but I had to do more, I had to get back the identity the ugly white shirt had stolen from me. I had to find the perfect balance of accessories, hair and makeup because I wasn't going to the gym nor to a party. I did not want to make Kim Kardashian proud.
So I checked some old blog posts, I remembered I had done one on daily makeup (which you can see here), I was inspired by the first image of Anne Hathaway, I added a little mascara I thought it was appropriate . For my hair I was inspired by the second picture of Keira, my hair is about 15cm longer than hers in the second photography and I have the bottom painted in a ombré style that goes from magenta pink to pastel pink (I know, office work with colored hair: not the best idea. But I'm still young, and I was running out of time to experiment with radical things like that). I got two rings, I can not leave without rings, and put on a chain-necklace that I bought at Forever21 last winter. I put on a gray hoodie from Zara and a black jacket/blazer from Zara (anyone who lives in Mexico City can understand me) I put some black flats with small colored stones. I was eager in not looking older than I am, and to not let that ugly white shirt make me disappear.
With my hair and makeup similar to Lana del Reys at the 65th Cannes Film Festival for the premiere of Moonrise Kingdom last year (plus some pink lipstick: Maybelline 803 Impress Me) I left my house ready for my first work day. I guess what I'm trying to say is that no matter what your job is, you should not let it own you. You must find a way to feel comfortable with the way you look, you must look as good as you feel. You must be you. Soon yours truly promises to bring more options on how to achieve this. For now, from the world of real jobs for big girls, I say goodbye.

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